OCTAVIO PAZ


Publicó el Laberinto de la Soledad en 1950. En ese libro reflexionó sobre la identidad mexicana bajo la forma de un ensayo literario en el que se cruzan la reflexión moral y política, la literatura, la filosofía de la historia, la antropología. Buscó distanciarse de la filosofía de lo mexicano de Samuel Ramos, y del grupo Hiperión.

La idea que inspira a Paz es la tensión entre la soledad y la comunión presente en el mexicano, el sentimiento de sentirse solo y a la vez desear unirse a otros.

La historia de México se presenta como una sucesión de ruptura y reunificaciones. En la Revolución mexicana, por ejemplo, según Octavio Paz se buscaba reunificar el pasado y volverlo vivo en el presente. La demanda del Zapatismo, en este sentido, era la recuperación de las tierras que habían sido arrebatadas a lo largo de la Colonia y el siglo XIX; su ideal era recuperar la propiedad comunal de origen precolumbino.

Las rupturas y reunificaciones de las que habla Octavio Paz muestran la identidad como una serie de máscaras que ocultan un rostro. Tienen que ver con ciertos complejos psicológicos, presuposiciones y estructuras mentales cambiantes e históricas, que están presentes en los mexicanos a un nivel inconsciente. Paz analizó el lenguaje, las costumbres y las actitudes del mexicano en diversas situaciones históricas, sin que con ello termine de definir por completo los rasgos esenciales del mexicano.


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