Heidegger inventaba nuevas palabras y conceptos para expresar todo lo que pensaba en torno a su más grande interés: el Ser, pues afirmaba que el hombre se ha olvidado de él, refiriéndose a que se ha olvidado de reflexionar, cuestionar, meditar.
Al preguntarse qué es el Ser, Heidegger se preguntaba también qué es la nada, y nos explicó a lo largo de su obra cómo se relacionaba este Ser con el tiempo. Sólo el hombre se pregunta por el Ser.
Dada esta forma característica que el hombre tiene de ser, Heidegger le da un nombre específico: Dasein.
El Dasein es un ser en el mundo.
El deseo de Heidegger dio a la humanidad una obra que hace una valiosa invitación: hacernos conscientes de la propia finitud, para vivir plenamente, para concretar las posibilidades que proyectamos.
Fuimos arrojados al mundo y no sabemos por qué (a esto le llamó Heidegger la caída), pero además somos seres para la muerte: hacia allá nos dirigimos.
Heidegger llamaba existencia auténtica a la que se enfoca en desarrollar sus potencialidades: si en ser humano elabora su proyecto, se traza metas, las cumple y adquiere conciencia de lo que causa en el mundo, entonces estará siendo de manera plena.
Si el Dasein pierde el tiempo y se entrega a las distracciones de la cotidianidad, a la repetición irreflexiva de tareas sin futuro, a las "habladurías" y a desaparecer entre las masas, estará viviendo una existencia inauténtica.
En el fondo, el llamdo que hace es optimista; muy parecido al llamado de los marxistas, los frankfurtianos o de Sartre: toma las riendas de tu vida y usa tu libertad para transformarla.
Heidegger fue uno de los filósofos más polémicos del siglo xx, algunos lo consideraron el más grande y otros lo consideraron pretencioso e incluso se le acusa de reciclar ideas clásicas de manera enredada para aparentar complejidad. Heidegger escribió un texto llamado “Serenidad” en el cual nos dice que hay dos tipos de pensar, el pensar calculador y la reflexión meditativa, en donde el pensar calculador tiene como peculiaridad la planificación, estrategia y el control, en él se actúa con la intención de alcanzar una finalidad determinada, en cambio en la reflexión meditativa el ser humano de hoy huye ante el pensar. La serenidad se usa para referirse al mundo técnico o a la era técnica.
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