LA BANALIZACIÓN DEL MAL: HANNAH ARENDT



Arendt afirma que los crímenes de Eichmann atacaron el orden de la humanidad, por lo que debió ser juzgado por eso: por haber cometido crímenes que atentan contra la existencia de la humanidad entera, no sólo contra la existencia del pueblo judío. Concibe un nuevo tipo de crimen, un crimen en contra de la humanidad. Se trata de un ataque a la diversidad humana como tal, que es un rasgo esencial del género humano.

Una segunda reflexión que aporta Hannah Arendt es la referente al concepto de la banalidad del mal. Ella argumenta que Eichmann atentó contra la humanidad por irreflexión. Fue la irreflexión lo que lo predispuso a convertirse en uno de los mayores criminales de la historia. Es esto lo que significa la banalidad del mal. Eichmann nunca reflexionó sobre lo que realmente estaba haciendo. Ser irreflexivo, siguiendo las palabras de Sissi Cano, es carecer de la capacidad de autorreflexión. Implica, pues, ser incapaz de juzgar la bondad o maldad de la propia acción fuera de las órdenes que recibe, no ver algo desde la perspectiva del otro. El régimen nazi tuvo la capacidad de hacer banales a los seres humanos, no sólo a las víctimas, sino a los victimarios. Hacerlos irreflexivos en el sentido de no comprender lo que está mal o bien, más allá de las órdenes que recibieron.

1 comentario:

  1. Arendt había sufrido mucho como apátrida, porque lo consideraba una exclusión de la sociedad humana. La ciudadanía significaba para ella “el derecho a tener derechos”.

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